sábado, 20 de marzo de 2010

EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍA

Tradicionalmente, desde la Antigüedad, la educación se ha basado en el signo escrito conformando palabras, frases y textos que actuaban de mediadores para llevar al alumno al conocimiento cultural. La invención de la imprenta contribuyó a la expansión de esta forma de aprendizaje a través de su producto: el libro. El cual se fue convirtiendo, paulatinamente, en el fundamento básico de la educación hasta nuestros días. Sin que el devenir del tiempo le aportara, apenas, cambios sustanciales. Aunque se enriqueció con los frutos de la Ilustración, La Enciclopedia, y con la pedagogía de Comenio: la realidad debe entrar en el colegio. La Escuela Nueva incorporó estos avances llenando el libro de imágenes que ilustraban a los textos, estructurados ahora en lecciones. Esquema que se ha ido perpetuando hasta la actualidad.

Hoy día, asistimos a una revolución tecnológica en nuestros modos de vida que nos fuerza a una formación acelerada y, a veces, asistemática para alcanzar sus usos y finalidades. Los nuevos aportes tecnológicos, objetos, instrumentos, aparatos... forman parte ya del mundo de la cultura y son intermediarios para llegar al mundo del conocimiento. Por tanto, ni la educación actual y menos la del futuro pueden volver la espalda a esta existencia. Muy al contrario, deben incorporarla. No se trata de sustituir la enseñanza tradicional, sino de complementarla con las nuevas exigencias culturales y sociales; abriendo las ventanas a la realidad tecnológica como recurso para llegar al conocimiento y como objeto de conocimiento en sí misma.

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